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GEORGE ANGYAN

Profesor de inglés e de historia

jugador de ajedrez de FIDE

Mi nombre es George Angyan, pero aparece como Ángyán György en mi pasaporte húngaro. Soy profesor de inglés y de historia y he enseñado en Hungría, donde nací, y en muchos otros países como Canadá, Suiza, Arabia Saudita, Francia y España.

Ajedrez a temprana edad

De niño me fascinaba el ajedrez. Por suerte mi ciudad nativa tenía un gran club en el que empecé a jugar con siete años. El ajedrez me enseñó muchísimo. Mi apertura habitual con negro fue la Defensa Siciliana, y dentro de eso, como no, la Variación del Dragón. El ajedrez también me hizo conocer a muchos amigos, educadores y me dio la libertad de viajar por Europa (aunque estuviéramos a finales del Comunismo), experiencias que me han inspirado a querer todavía más. He jugado profesionalmente hasta que, con 14 años, mis estudios secundarios me llevaron a la capital provincial de Veszprem.

Y luego, atletismo

Dos minutos 12 segundos. Ese fue el tiempo que conseguí en los 800 metros un año antes. Malas noticias para el ajedrez. Sin ninguna posibilidad de entrenamiento en Veszprem, sucumbí a mi segunda pasión, el atletismo. Nuestro coach nos decía de ir a recoger flores del bosque para las chicas el Día de la Mujer mientras hacíamos nuestra carrera regular, recitábamos poesía en los bancos de nuestros cambiadores abarrotados, entrenábamos duro y competíamos aún más duro. Soñamos a la grande. Algunos de nosotros llegaron a los Juegos Olímpicos corriendo la semifinal o consiguiendo la medalla de oro en el lanzamiento del martillo. Pero a mi la vida me ofreció otra vía.

Por fin enseñando inglés

En los años 1994-95 participé en un programa de intercambio del Canada World Youth en Nanaimo, Columbia Británica, Canadá. Junto con otros 14 compañeros, aprendimos sobre la democracia y las habilidades empresariales (aunque era solo cinco años después del cambio del régimen) y trabajé en varios sitios en Nanaimo. Los leones marinos, el salmón nadando por el río sólo para volver a donde habían nacido. Los hippies viviendo en pequeñísimas islas. El encanto de Vancouver. La tala rasa, los troncos flotando por la ciudad. El hecho que Hungría ofrece una perspectiva válida, pero sólo una de muchas. Fue allí cuando empecé a reflexionar en que quería ser profesor.

Volví a Budapest para cursar mi licenciatura en historia universal, literatura inglesa y EFL. Habiéndome graduado en 2001, abrí una escuela de idiomas llamada Dramateka donde aprendí de verdad los secretos del oficio. Junto con unos compañeros muy capaces, desarrollamos unos programas ESP (English for Specific Purposes — Inglés para Propósitos Específicos) para madres jóvenes, personal de cruceros, estudiantes gitanos y jóvenes con experiencias en las drogas que querían completar sus estudios secundarios.

Chess and English

Aunque la idea había estado flotando en mi cabeza durante muchos años, enseñar ESL (English as a Second Language) a través del ajedrez solo se hizo realidad cuando trabajaba encima del acelerador atómico en CERN en Ginebra, Suiza. Las partículas minutas estaban volando a cien metros bajo tierra a la velocidad de la luz, mientras los cerebros de mis alumnos de ajedrez estaban enviando y recibiendo neuro-señales a una velocidad igual de impresionante. Algunos de ellos solo tenían cinco años. Era común tener 8-10 nacionalidades en la clase, así que la única forma de comunicar era a través del ajedrez y el inglés. Finalmente, fundé Chess Education Europe, la empresa detrás del proyecto de crear un libro de educación primaria sobre ajedrez e inglés. Seguramente estáis familiarizado con su título, Ajedrez e Inglés.

Espero que lo que recibí de mis formadores de ajedrez y de mis coaches de atletismo a lo largo de los años, combinado con mis experiencias profesionales, ayudará a los profesores a darse cuenta del potencial de los niños de hoy.

Al extranjero

Con ganas de nuevos retos, salí al extranjero. En 2006, impartí mis primeras clases de GCSE y A-level a alumnos nativos británicos en la Escuela Sierra Bernia en España. ¿Buscaba un reto? Pues allí lo tenía. Pero con mucha preparación, con el tiempo me hice cada vez más seguro de mi mismo. Intenté darles una experiencia similar a la que tuve yo jugando a ajedrez y corriendo en la pista. Me animé. Luego vinieron Barcelona, Arabia Saudita, Francia y Suiza.

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